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¿Orgullo mal entendido?

Estaba leyendo sobre la propuesta de Calderón con respecto a Pemex y leí dos opiniones totalmente distintas, una en resumen es que los mexicanos tenemos el orgullo mal entendido, es decir que nos cuesta mucho trabajo pensar en una intervención extranjera únicamente porque son extranjeros, y esto lo hacemos aunque eso signifique una verdadera mejora para nuestro país, y la otra versión es que privatizar Pemex es una trampa del ejecutivo para ganar más dinero y estar a los pies de las compañías norteamericanas.

Todo esto me hace pensar en el país que tenemos, y si bien es cierto que podría acusarse a los mexicanos de tener algo secretamente en contra de la intervención extranjera también es cierto que para un país que perdona absolutamente todo (malos gobiernos, matanzas, derrumbes económicos etc.) el hecho de no querer tener extranjeros trabajando con lo que muchos consideran suyo como es el petróleo es una luz roja que vale la pena revisar. Pero muy dentro de nosotros pensamos que los extranjeros son mejores, digo la forma como los tratamos cuando llegan a nuestro país los tratamos muy bien, por lo que no creo que se trate totalmente de un orgullo mal entendido, porque cuando nos convienen los extranjeros los tratamos bien, digo los turistas que vienen a gastar dinero encuentran el país con la gente más amable del mundo, pero cuando se trata de involucrarse en nuestro gobierno las cosas cambian.

Esta es una manera de decir que nos informemos lo mejor posible, es cierto que los medios de comunicación son controlados por las grandes corporaciones, pero hay libros también, hay revistas que aunque no son de circulación nacional pueden darnos un poco de luz, y si no, está el internet y está la gente con la que nos podemos comunicar por esta vía, el punto es que debemos estar un poco más enterados, porque muchas veces no saber es muy peligroso.

En relación al tema de Pemex creo que es necesario analizar mejor si esa es la única opción, o si hay otras opciones que también pueden servir, y hacer preguntas importantes al respecto, por ejemplo yo me pregunto cuántos de los que están en contra o a favor han leído el documento, o quién está muy bien informado y sabe los detalles sobre todo esto, y creo poder responder sin mucho margen para error que son muy pocos los que han hecho esto, y tal vez sea porque la mayoría tienen que ir a trabajar, cuidar niños, atender changarros y buscar una manera mejor de vivir, pero la realidad es que no estamos informados.

Yo creo entonces no que es necesariamente un orgullo mal entendido, porque al menos tenemos memoria para no querer que nos traten igual que nos han tratado a lo largo de nuestra historia, sobre todo con algo como el petróleo, que es más lo que significa para le mexicano, que realmente el producto como tal. Además quién podría estar seguro completamente que los extranjeros se hayan inmiscuido en asuntos de Pemex, no lo sé, porque nosotros solo sabemos lo que los medios o lo que el presidente nos dice.

Bien, el punto es que tal vez no sea un orgullo mal entendido, no nos apresuremos a juzgar, sino escuchemos, leamos y hablemos menos, tal vez Pemex es rentable, tal vez si se puede hacer algo sin necesidad de traer gente de fuera, pero tal vez tengamos que aceptar que nuestras autoridades no pueden con algo así y tendremos que ceder el control o parte del control porque significa una mejora. Sea lo que sea decidamos pensando no solo en nosotros si no en nuestros hijos, en nuestros nietos y en las siguientes generaciones, y no pensemos en que no me cae bien Ebrad, Calderón o López Obrador.

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