Como siempre, la idea para este comentario vino de algo que andaba leyendo, pues dentro de las múltiples tareas que tengo, leo un poco de vez en cuando, y me llamó la atención una afirmación que decía que ninguna persona debería ostentar un título universitario si no sabe hacer el resumen de un libro; claro esta que aquí la importancia no es si sabe o no, la importancia radica en si lo hace o no, porque no podemos dejar que la vida nos pase sin leer, sin resumir, sin reflexionar, y hoy en día se vuelve cada vez más importante la lectura.
Uno piensa que leer un buen libro no cambia nada, pero es una mentira ¡lo cambia todo! Un libro es algo que te enseña algo, algo de tí, de un país, de un época, y de ahí viene la riqueza; estoy convencida que hasta los malos libros dejan algo.
La visión del mundo depende muchas veces de cuánto se lea, de cuánto uno se informe; le comentaba a mi madre hace unos días que me sentía un poco intimidada porque no he llegado a una categoría de análisis en una lectura que he estado haciendo; entiendo perfecto lo que el autor dice, y lo puedo digerir pero no puedo necesariamente analizar o criticar el escrito, mis conocimientos no llegan hasta ahí, pero pensé que es solo darle tiempo, leer más, discutir más, platicar más con las personas que leen (no las que dicen que leen) y estoy segura de que en el futuro podré llegar a esta categoría de análisis y crítica.
Pero si nosotros mismos no fomentamos la lectura nunca pasaremos de la fase meramente informativa no reflexiva, o crítica; es necesario seguir leyendo, platicar de lo que leemos con otros, discutir las ideas expuestos, comprobar algunas, desarrollar otras; es importante que nos tomemos el tiempo de platicar de lo que leemos para que fomentemos en la siguiente generación el gusto por la lectura, para estar mejor educados; empecemos poco a poco.
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